Julio Castro de la Gándara

Página dedicada al artista

Julio Castro de la Gándara, artista, dibujante, ilustrador, pintor, escultor, grabador, mitología, pintura, arte, dibujo, ilustración, julio castro de la gándara, mitos clásicos, centauro, sirena, mediterráneo, globo de colores, aguilar, Julio Castro de la Gándara

El centauro y la sirena - Julio Castro de la Gándara

Las Sirenas, tal y como las imaginamos en la actualidad, poco tienen que ver con la forma con la que aparecían en los textos y representaciones de la Antigüedad clásica, donde su figura era una mezcla de doncella y ave. En el episodio más famoso protagonizado por las sirenas, su encuentro con Ulises (Homero, Odisea XII 40-58 y 155-200), sólo se nos mencionan sus habilidades cantoras, pues se decía de ellas que estaban provistas de una bella voz.

El centauro y la sirena
Los mitos clásicos en la obra de Julio Castro de la Gándara (III)
Centauro y sirena (grabado II)
Ampliar imagen

Centauro y sirena (grabado II)

Grabado sobre linóleo (1976). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Ampliar imagen

Ocupantes de un yate contemplan dos episodios mitológicos: el nacimiento de Venus y un centauro luchando con un hombre. Acrílico y oleo sobre lienzo con varias veladuras (1970-1983). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Click en las imágenes para ampliar
por

Las Sirenas, tal y como las imaginamos en la actualidad, poco tienen que ver con la forma con la que aparecían en los textos y representaciones de la Antigüedad clásica, donde su figura era una mezcla de doncella y ave. En el episodio más famoso protagonizado por las sirenas, su encuentro con Ulises (Homero, Odisea XII 40-58 y 155-200), sólo se nos mencionan sus habilidades cantoras, pues se decía de ellas que estaban provistas de una bella voz(1). Como mujer-ave las describe Ovidio en las Metamorfosis donde aparecen como parte del séquito de Prosérpina en el momento en que ésta es raptada por Plutón y se transforman tras buscarla en vano:

quam postquam toto frustra quaesistis in orbe, protinus, et vestram sentirent aequora curam, posse super fluctus alarum insistere remis optastis facilesque deos habuistis et artus vidistis vestros subitis flavescere pennis. ne tamen ille canor mulcendas natus ad aures tantaque dos oris linguae deperderet usum, virginei vultus et vox humana remansit. (V 556-563)

[“Después de haberla buscado en vano por todo el mundo, inmediatamente, para que la llanura marina conociera vuestra preocupación, deseasteis poder posaros sobre las olas con los remos de vuestras alas y tuvisteis a los dioses propicios y visteis empezar a dorarse con repentinas plumas vuestros miembros; sin embargo, para que aquella melodía nacida para ablandar los oídos y tan gran don de vuestra boca no perdiera la utilidad de la palabra, permanecieron el rostro de doncella y la voz humana.”]

Su número oscilaba entre dos o cuatro (Isidoro de Sevilla, Etim. XI 3, 30) y aparecen por primera vez mencionadas como mujer-pez en el anónimo Liber monstrorum de diversis generibus (VI d.C.):

Sirenae sunt marinae puellae quae navigantes pulcherrima forma et cantus decipiunt dulcedine. Et a capite usque ad umbilicum sunt corpore virginali, et humano generi simillimae; squamosas tamen piscium caudas habent quibus semper in gurgite latent.

[“Las sirenas son doncellas marinas, que seducen a los navegantes con su espléndida figura y con la dulzura de su canto. Desde la cabeza hasta el ombligo tienen cuerpo de mujer, pero tienen las colas escamosas de los peces, con las que siempre se mueven en las profundidades.”](2)

Este será su aspecto más conocido: torso de mujer y cola de pez o dos piernas en forma de pez. Posiblemente por influencia de las “tritonas” y de otras dos divinidades femeninas, las únicas con este aspecto, la Oceánide Eurínome y Dérceto, la madre de la reina Semíramis(3). Existían también dos divinidades masculinas que tenían cola de pez: Tritón y Glauco. Todos éstos serán los únicos seres que presenten un aspecto híbrido de mujer/hombre y pez en la mitología clásica.

La nueva imagen se divulgará en la Edad Media y se consolidará definitivamente por la influencia de seres del folklore del norte de Europa como Melusina, Loreley y las Ondinas. En la Edad Moderna y Contemporánea la mujer-pez se popularizó con el empuje definitivo que recibe del cuento de Hans Christian Andersen, La sirenita (1837). La seducción de la sirena moderna ya no será auditiva, sino visual, por su seductora y misteriosa belleza. El romanticismo creará un trasfondo sentimental en el que ya no será agresiva, sino enamorada y paralelamente surgirá la imagen del pescador que quiere renunciar a todo y vivir con ella(4).

En la obra de Julio Castro de la Gándara las sirenas aparecen con la forma ya consolidada de mujer pez, como podemos ver en el dibujo El marinero y la sirena (h. 1955). Se representa aquí una romántica escena en la que, en contra de lo habitual, es la sirena la que se deja cautivar por un marinero que canta para ella una serenata al son de una guitarra. La sirena presenta aquí una cola que parece ocultar dos piernas. Ambos personajes están en primer plano, sentados en una balaustrada y a sus espaldas vemos el mar, un barco y un promontorio (dibujo a tinta sobre cartulina).

Marinero y sirena
Dibujo a tinta sobre cartulina (1954). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Las sirenas, en este caso en grupo y en su isla, a aparecen en la obra más emblemática de Castro de la Gándara, El Mediterráneo (h. 1970), en la que tenemos una reflexión y una representación de la cultura y la historia reciente de los países mediterráneos. Se trata de un cuadro, de enormes dimensiones, pintado en acrílico y óleo. Esta obra es un mural temático que Antonio Leyva describe así: “la titulada Mediterráneo, de dibujo minucioso, profusa de personajes reconocibles, de brillante cromatismo y de estructura geométrica, concebida como síntesis de la cultura de los países mediterráneos, es muy representativa de su estilo” (1996: 121).

El Mediterráneo
Acrílico y oleo sobre lienzo con varias veladuras (1970-1983). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Se combinan en ella el pasado y el presente del mar Mediterráneo: la crucifición de Cristo con escenas del conflicto Palestino-Israelí, por ejemplo, entre otras(5); los pueblos que se asoman a él: Italia, Grecia, Libia, Israel y Palestina, las Baleares; personajes anónimos y conocidos, pasados y presentes: Golda Meir, Moshé Dayán, Mussolini, Gadafi, Jackie Kennedy y Onassis, Picasso. Preside todo el propio mar donde un enorme barco de guerra estadounidense nos hace pensar en guerras cercanas, junto a él un pequeño velero se acerca a la isla de las sirenas. La escena nos hace evocar el pasado mítico del Mediterráneo, la Guerra de Troya y el regreso de Ulises. Nos consta que el autor leyó los poemas de Homero, tanto la Ilíada como la Odisea, concretamente en la traducción de Luis Segalá Estalella (Editorial Juventud, 1961). En la imagen dos sirenas con cola de pez saludan amistosas con la mano, desde los escollos de su isla, a los despreocupados ocupantes contemporáneos de este velero.

El Mediterráneo (detalle)
Sirenas con cola de pez saludan amistosas desde los escollos de su isla a los despreocupados ocupantes de un velero. Acrílico y oleo sobre lienzo con varias veladuras (1970-1983). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Pasado y presente se funden en el cuadro porque, a la izquierda de esta escena, tenemos un barco más moderno cuyos ocupantes contemplan dos episodios mitológicos: el nacimiento de Venus y, en la orilla, un centauro y un hombre.

Ocupantes de un yate contemplan dos episodios mitológicos: el nacimiento de Venus y un centauro luchando con un hombre. Acrílico y oleo sobre lienzo con varias veladuras (1970-1983). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Podría tratarse de una Centauromaquia o de Quirón preparando a uno de sus discípulos, ya que, como es sabido, la mitología clásica conoce dos linajes de seres híbridos mezcla de hombre y caballo: los centauros ordinarios y brutales y los centauros sabios, benévolos, no violentos y hospitalarios, en definitiva, con una buena relación con los humanos. Los primeros descienden de Ixíon y de una nube de figura equina de los que nace un primigenio Centauro, quien, unido a las yeguas del monte Pelio, engendra la raza violenta de los centauros. Viven en las montañas y los bosques de Tesalia, comen carne cruda, tienen costumbres brutales y protagonizan diferentes centauromaquias y raptos de mujeres(6). Los centauros benévolos son Quirón y Folo, que proceden de una genealogía diferente(7).

Las representaciones de estos seres biformes van evolucionando desde el llamado Centauro de Lefkandi, de Época Arcaica (h. 900 a.C., Museo Arqueológico de Eretria)(8), una terracota donde vemos representado un hombre completo, con piernas humanas, al que se le añaden unos cuartos traseros equinos. Una representación alternativa surge hacia la segunda mitad del siglo VII a.C. y los centauros presentarán entonces un torso humano colocado sobre un cuerpo de caballo con cuatro patas. Estas dos posibilidades se mantuvieron hasta el siglo VII a.C., de hecho, los Centauros que no son salvajes mantuvieron la apariencia primitiva, más humana, hasta bien entrado el siglo V a.C (9). Al final acabó imponiéndose la segunda posibilidad, como vemos en un Mosaico greco-romano de la villa de Adriano (II d.C., Altes Museum, Berlín)(10).

Una descripción del aspecto de estos seres biformes la encontramos en el relato que hace Ovidio del enfrentamiento mitológico que tuvieron con los Lápitas. Así nos describe la belleza del centauro Cílaro:

barba erat incipiens, barbae color aureus, aurea ex umeris medios coma dependebat in armos. gratus in ore vigor; cervix umerique manusque pectoraque artificum laudatis proxima signis, et quacumque vir est; nec equi mendosa sub illo deteriorque viro facies; (Met. XII 395-400)

[“La barba era incipiente, el color de la barba de oro, una dorada cabellera colgaba de los hombros en medio de sus brazos. Agradable era el vigor del rostro; el cuello, los hombros, las manos y el pecho muy cercanos a las elogiadas estatuas de los escultores, y también por dondequiera que es hombre; y la figura de caballo no era defectuosa bajo aquél ni peor que la de hombre”]

El mejor ejemplo de la imagen positiva de los Centauros en la Antigüedad es Quirón que aparece vinculado a escenas de docencia como preceptor y educador de varios héroes: Jasón, Aquiles y Asclepio, al que instruyó en medicina.

La pareja formada por Centauro y Sirena se convertirá en un tema muy querido para Julio Castro de la Gándara y repetido en múltiples ocasiones a lo largo de los años. La primera versión es un regalo de boda para Brigitte y William Therivel a comienzos de los años 70. El parecido de los rostros de los destinatarios con los de las figuras representadas hace pensar que son ellos protagonistas de esta escena. Se inaugura así una larga serie sobre el tema que, como he dicho, se repite en diferentes técnicas.

Sirena Brigitte y Centauro William
Regalo de boda para Brigitte y William Therivel con ellos como protagonistas. Acrílico sobre cartulina (h. 1971). Autor: Julio Castro de la Gándara.
Sirena Brigitte y Centauro William (dibujo)
Dibujo de la pintura regalo de boda para Brigitte y William Therivel con ellos como protagonistas. Acrílico sobre cartulina (h. 1971). Autor: Julio Castro de la Gándara.
Centauro y sirena (grabado I)
Grabado sobre linóleo (1975). Autor: Julio Castro de la Gándara.
Centauro y sirena (grabado II)
Grabado sobre linóleo (1976). Autor: Julio Castro de la Gándara.
Sirena y centauro
Cera y tinta (1968). Autor: Julio Castro de la Gándara.
La Sirena y el Centauro (pintura III)
Óleo sobre tabla de madera (1976). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Ya Picasso había representado a estos híbridos, junto con Faunos y Minotauros, en diferentes composiciones, durante la década los años 1946-47, como símbolo de la alegría de vivir en el Mediterráneo. El malagueño acabará adoptando finalmente como alter ego al Minotauro, cuya presencia se repite en muchos de sus cuadros con diferentes técnicas(11). Estas constantes representaciones del centauro en Julio Castro de la Gándara recuerdan esa presencia del Minotauro picassiano y no descartamos que lo escogiera con la misma intención de Picasso, ya que la pareja centauro y sirena cristaliza en El Mediterráneo, donde aparecen dos figuras centrales: la del propio autor-centauro y sobre su lomo una Brigitte Bardot con aspecto de sirena (otra Brigitte, más conocida, más o menos entorno a la época en la que representa a la ogra, Brigitte Therivel).

El Mediterráneo (detalle)
El propio autor-centauro con una Brigitte Bardot con aspecto de sirena sobre su lomo. Acrílico y oleo sobre lienzo con varias veladuras (1970-1983). Autor: Julio Castro de la Gándara.

Bibliografía

  • García Fuentes, Mª C., “Algunas precisiones sobre las sirenas”, CFC.Elat 5 (1973), 107-116.
  • García Gual, C., Sirenas. Seducciones y metamorfosis, Madrid, Turner, 2014.
  • Elvira Barba, Arte y mito. Manual de iconografía clásica, Sílex, Madrid, 2008.
  • Harauer, Ch.-Hunger, H. Diccionario de mitología griega y romana, Madrid, Herder, 2008.
  • Leyva, A., Diccionario de Artistas contemporáneos de Madrid, Arteguía, Madrid, 1996.
  • Ovidio, Metamorfosis, trad. C. Álvarez-R.Mª Iglesias, Madrid, Cátedra 1995.
  • Rojas, C., El mundo mítico y mágico de Picasso, Barcelona, Planeta, pp. 167-186.
  • Ruiz de Elvira, A., Mitología clásica, Madrid, Gredos, 2011 (=1982).

    * El presente trabajo se inscribe dentro del proyecto de investigación “Los poetas romanos en España: transmisión, interpretación, tradición literaria y fundamentación teórico-crítica para su vigencia futura” (Ref. FFI2015-65964-P).


    Notas

    (1) Cf. a propósito de las fuentes clásicas y la evolución de la imagen de las sirenas los trabajos de Ruiz de Elvira (2011=1982: 63, 511, 525, 544 y 555); García Fuentes (1973: 107-116); Elvira Barba (2008: 134 y 484-486) y la monografía de García Gual (2014: 91-95).
    (2) Cf. Elvira Barba (2008: 134)
    (3) Cf. a propósito de ambas divinidades, Ruiz de Elvira (2011=1982: 66 y 555).
    (4) Cf. García Gual (2014: 14).
    (5) Mucha de la documentación procede de escenas de la revista italiana L’Europeo.
    (6) Homero, Od. XXI 303 y Píndaro P. II 32.
    (7) Quirón es hijo de Fílira y Crono, adoptando éste la forma de caballo; Folo desciende de Sileno y una ninfa Melia. Otras fuentes importantes son Apolodoro, Epit. I 20, Diodoro IV 12,5; Higino, Fab. 62, Cicerón, N.D. III 20. Cf. sobre el tema, Ruiz de Elvira (2011=1982: 67; 367-371); Elvira Barba (2008: 376-377 y 418-419).
    (9) Cf. sobre la iconografia de los Centauros, Elvira Barba (2008: 432-435).
    (11) Cf. Rojas (1984: 167-186).
Julio Castro de la Gándara
Biografí­a
Obra
Publicaciones
Sobre el autor
Otros contenidos